De entremés, besos. En la escalera, en el portal. En el baño, en la calle.
De primer plato, caricias por el cuello, la barriga, en la cama, en la ducha y mordiscos, pero suaves.
De segundo, mm miradas intensas como una tormenta, pero de verano, que son las más bonitas.
De postre, abrazos, en la playa, en el parque, en un bar, de esos de despedidas, de los de reencuentros.
Y por favor, para beber un Te quiero sin burbuja, ni cafeína y nada de azúcar. Pero un Te quiero de verdad.
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