Lia

Hablar de ella, en tercera persona, siempre me ha parecido la manera más razonable de hablar de . Nunca e llegado a conocerme tanto. Por eso hoy os cuento su historia. La historia de la chica qe creía qe volaba cuando movía los brazos muy rápido. La chica qe creó un mundo de historias de mentira en un cuaderno. La chica qe sonreía por obligación. La chica que creció de repente un día y se sintió más mayor qe nadie. La chica que estudiaba, pero no matemáticas, lengua ni ciencias ... estudiaba la felicidad práctica y teóricamente. La chica qe se enamoró de la vida después de mucho tiempo. La chica qe espiaba a los enamorados y se sintió grande el día que la espiaron a ella. La chica esa que se lo creía todo y que no sabía seguir si alguien no la empujaba primero. La chica que soñaba y soñaba y se sentía pequeñita al lado de los demás. Hoy os contaré su historia, cotilleando en su cuaderno. Simplemente, relajaos, y descubrid como ella ve el mundo. Quizás os sorprende.

jueves, 15 de diciembre de 2011

"Haces que hable con el corazón"

Despertarme y darme cuenta de que voy tarde, como no, ir al baño, recogerme el pelo de cualquier modo y salir corriendo de casa pillándome los cascos con la cremallera de la chaqueta. Mirar el cielo aún arropado por la noche y hacer equilibrio por los bordillos. Sin embargo, me gustaría cruzar el paso de cebra y encontrarme una rosa en la carretera. No una rosa roja, no. Una rosa blanca, pura, como si sus pétalos fueran hojas de papel. Dejada por alguien que piense en mí. Por alguien que sea cercano a mí, pero que esté a kilómetros. Lo sé, es un contrasentido. Pero me haría sonreír, me dejaría sin palabras y la cogería para llevarla a la universidad. Me sentaría en la mesa y la pondría delante mía, donde pudiera observarla durante toda la mañana. Y al final de las clases, con mi bolígrafo negro escribiría en cada pétalo .. "Haces que hable solo con el corazón", y después tiraría todos los pétalos por la ventana, dejando que el viento se los llevase sin rumbo. Diciéndole así adiós al miedo, a la inseguridad y a las dudas. Porque tropezaré igual con zapatos, que sin ellos. Porque por más cuerdas que tenga el mundo .. no quiero atarme a ninguna. Y sé, que esos pétalos que yo tire .. los encontrará una persona, una persona que quizás logre reunirlos todos y formar la frase que un día a mi me hizo sonreír. Y .. ¿Por qué no? Quizás seas tú quien la encuentre.

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