Lo único que puede teñir mi mente son las ganas de que no escapes de mis brazos. A pesar de que no logre abrazarte con la fuerza necesaria para que no te desvanezcas. Pintaré con esa ausencia mi habitación; que carece de nuevos colores. Llenaré el ambiente del sonido que desprende la cajita de música de mi alma, que tienes que ir dándole cuerda para que suene.
Sin embargo, por más que quiera, no se borra tu imagen, tan sutilmente instalada en mi memoria y juraría que sin esforzarme ni siquiera un poco, conseguiría sentir tu mano aun posada en mi hombro y tu aliento deseándome los buenos días.
Dime que has vuelto para no irte, o dime que no tendré tiempo para notar tu ausencia. Y si no lo haces, te diré muchas cosas. Nos queda todo el tiempo del mundo. Esta vez el suelo no temblará, y el tiempo, la distancia, nunca fueron tan irreales, y lo siento ... pero ya no me sale sentirte cerca .. Estás aquí, ¿verdad?
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