Ese momento en el que tu conflicto interior lucha por dar la cara, debido a que esta viendo ese
rayo de esperanza.
Todos guardamos cosas que no dejamos ver. Pequeñitas se abren hueco en tu interior, hasta que un día se sienten tan apretadas que pretenden salir de golpe. Puede que salgan de dos maneras: Una, sin control ni sentido alguno, esparciéndose por el espacio perdiendo la importancia que adquirieron. O dos, con la ayuda de esa esperanza, la cual les aporta sutileza, paciencia y las llena de sentido común.
Personalmente, prefiero creer en esa sencilla esperanza que hace amenos los conflictos, hasta consumirlos. Esa esperanza sensata, que un día cometió el error de decir las cosas de broma, cuando le quemaba la piel y sobraba su ropa. Dejó atrás su desajuste, tomando el significado de valor, bien cogidito de la mano del temor.
Sin embargo, al fin y al cabo, por mucha esperanza presente. Esta refleja su intención y no expone sus motivos. Cansada de vagar por un circulo de sin sentidos, solo espera encontrar el equilibrio entre mucho tiempo y poco rato.
Encontrarás de todo, menos las explicaciones que crees necesitar.
Esas solo nacen y mueren en un sitio en concreto.
En tí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario