Lo mas curioso de todo, es que era culpa suya todos esos pensamientos inocentes. Y lo más curioso aún, es que le echaba todas las culpas, sin ni siquiera tenerla.
Desde el día que te conocí, he de reconocer que me asusto el potencial que podías llegar a tener, aunque a la vez me enamoro tu personalidad.
Entonces comprendí, que debía hacer que vivieras asumiendo los riesgos que aparecerían en tu vida. ¿Para qué?, para hacer más difícil tus días. Así no solo te limitarías a avanzar. Sin embargo, fue un doble filo en tu vida. Te lleve conmigo y sin preguntarte. Te hice pensar que la perfección es lo que yo conseguía y esa solo era para mi.
Egoista podría ser la palabra. Pero ni tu misma piensas eso. Crees que aunque ahora no seamos la misma persona, en el fondo compartimos cosas que nunca podrán cambiar. Decidiste hacer que la inocencia desapareciera, pero el carácter es estable en ambas. A partir de días así, yo he decidido no volver a incidir en tus actos, decide tu, elegir la persona que eres o quieres ser.
Así que, querida amiga, no me olvides o me volverás a encontrar.
Porque aunque no pronuncies más mi nombre, siempre habrá un nosotras.
Atentamente: Lía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario