Lia

Hablar de ella, en tercera persona, siempre me ha parecido la manera más razonable de hablar de . Nunca e llegado a conocerme tanto. Por eso hoy os cuento su historia. La historia de la chica qe creía qe volaba cuando movía los brazos muy rápido. La chica qe creó un mundo de historias de mentira en un cuaderno. La chica qe sonreía por obligación. La chica que creció de repente un día y se sintió más mayor qe nadie. La chica que estudiaba, pero no matemáticas, lengua ni ciencias ... estudiaba la felicidad práctica y teóricamente. La chica qe se enamoró de la vida después de mucho tiempo. La chica qe espiaba a los enamorados y se sintió grande el día que la espiaron a ella. La chica esa que se lo creía todo y que no sabía seguir si alguien no la empujaba primero. La chica que soñaba y soñaba y se sentía pequeñita al lado de los demás. Hoy os contaré su historia, cotilleando en su cuaderno. Simplemente, relajaos, y descubrid como ella ve el mundo. Quizás os sorprende.

sábado, 23 de febrero de 2013

Abanderada de impulsos del corazón.


- ¿Cuándo decidirás dejar de engañarte a ti misma?
- y tu, ¿Cuándo te decidirás a dejarme tranquila?
- Sabes, de sobra que no lo digo con mala intención. Te conozco mejor que nadie y creo que ya es hora.
- ¿Me volverás a dar la charla de siempre? Porque mira que ya me la se de memoria ...
- No tranquila, pero ahora no pongas esos lindos ojos en blanco, y tampoco empieces a decirme que desafortunada eres en el amor, en la suerte y en todo lo demás.
- Es así y si tan bien me conoces, no hace falta decir nada, tu mismo lo ves.
- Claro, claro, eso es porque tu aceptas el amor que crees que mereces.
- ¿A qué te refieres?
- Te quejas, de porque siempre andas fijándote en los chicos que no te convienen, ¿no?
- No siempre, pero ahora sí.
- Pues eso es por lo que he dicho.

En ese momento, el silencio inundo la habitación y Lía giro la cabeza mirando a la nada, mientras Sergio, le acaricio la cara, para que le mirara.

- Mira Lía, no puedes quedarte ahí como siempre y poner tu vida por delante de la de todos los demás. Ya es hora de que mires un poco por ti. No puedes ponerle límites a los demás. Tu solo, sonríe, se tu misma y deja que todo fluya.

- Lo sé .. lo intento.
- Entonces, ¿qué excusa tienes?
-¿Para?
- Para actuar como actúas.
- No me gusta hacer lo que los demás esperan de mí .. ¿por qué hacerlo?
- ¿Entonces, los decepcionas desde el comienzo?
- No exactamente .. bueno, algo así.
- Pues te has equivocado.
-¿Cómo?
- A mi no me decepcionaste.


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