-¿Cómo sería tu hombre perfecto?- preguntó interesado.
-Oh! ¿Pretendes parecerte a el?, buena táctica!
-No seas idiota, no es eso .. solo quiero saberlo .. enserio.
-Vale. Sinceramente, mi hombre perfecto es aquel que es imperfecto a su manera. La antítesis del príncipe azul. Aquel que me haga sentir que no desaprovecho ni un minuto. Que sepa mentirme, ya que no me importarán si se deja la piel estando conmigo. Que no se comporte y me haga reír por estupideces. Que no me escuche, sino que hable. Que no me pregunte como estoy, sino que lo adivine y sepa remediarlo. Que le de igual lo que hago cuando no estoy con el, porque sabe que no encontraré a nadie mejor. Que me haga feliz y que tengamos esa complicidad irresistible.
-¿Tu lo que quieres es un rebelde, no?
-No. Yo te quiero a tí.
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